VIDA DE POETA, E. Vila Matas (en Exploradores del abismo), Barcelona, Anagrama Narrativas hispánicas, 2007
No olvidaré nunca aquella visita a Ronda. Fui, de adolescente, con mis padres y hermanos, en uno de esos viajes familiares, tan habituales de la década de los sesenta. Eran años en los que el país empezaba a prosperar económicamente y las familias de clase media, como la mía, se compraban modestos automóviles y se lanzaban a un tímido turismo por tierras de Portugal y España. No olvidaré la visita a Ronda, donde vivía un tío lejano que era familia de mi madre. Se trataba de un hombre enjuto y reflexivo, viejo republicano, profesor en un instituto de la ciudad, un hombre con un discurso pavorosamente anticuado, muy acartonado. La familia decía que llevaba vida de poeta. Parecía obsesionado por la poesía de Rilke, y mis padres y hermanos le escuchaban con extrañeza. A nosotros no nos interesaba la poesía, salíamos de una difícil lucha por la supervivencia pura y dura y no estábamos para florituras ni locuras. El poeta, con su aire añejo y su discurso arcaico, no parecía darse cuent