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Mostrando entradas de enero, 2013

El territorio de la pérdida Por Mario Federico Blanc

(Fragmento)   Introducción: Palabra, tiempo y violencia "El hilo que la mano de Ariadna dejó en la mano de Teseo (en la otra estaba la espada) para que éste se ahondara en el laberinto y descubriera el centro, el hombre con cabeza de toro, o, como quiere Dante, el toro con cabeza de hombre, y le diera muerte y pudiera, ya ejecutada la proeza, destejer las redes de piedra y volver a ella, a su amor. Las cosas ocurrieron así. Teseo no podía saber que del otro lado del laberinto estaba el otro laberinto, el del tiempo, y que en algún lugar prefijado estaba Medea. El hilo se ha perdido; el laberinto se ha perdido también. Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un secreto cosmos, o un caos azaroso. Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad" Jorge Lui

Blanc, Mario Federico - Este múltiple interés mío…

Por Mario Federico Blanc En todos estos años he entendido que yo hablo, escribo y trabajo sobre “hablar y escuchar”. Si en ello doy rodeos, si me veo llevado a apelar a otras materias y sentidos, en todo a lo que me entrego, es porque resulta harto evidente que debo hacerlo, teniendo en cuenta la dimensión de las cuestiones que allí se tejen. Por fortuna o no, no es brillante lo que digo, sino más bien opaco. Es que hablar y escuchar son prácticas, por llamarles de alguna manera que, a juzgar por los acontecimientos que nos circundan día a día, tienden a ser cada vez más desentendidas, desatendidas, e incluso, desalentadas. Mas eso no es lo principal, es un efecto centrífugo, algo insondable, y yo no me intereso por este efecto. No es por las instituciones, en sentido amplio, que me intereso tampoco, aunque entiendo que ellas ejercen una influencia sustancial en estos asuntos. Me fijo, sí, a veces, de no descuidar este aspecto. Tampoco me intereso por “lo social”, por reducir la