“El interés de la tragedia para el psicoanálisis será entonces la relación, la implicación y aun más, el nudo que enlaza al agente con su acto. A partir de su efectuación ya no podrá distinguirse si es agente o efecto de un acto que lo sobrepasa, que lo posiciona en una trama de la que querría escapar y no obstante en su escape se encarcela”. Bernasconi, E., “La tragedia del deseo”, 2008.- Vez pasada ha sido leído, en otra instancia de extensión, un texto de mi autoría . No ha sido en vano, al menos para mí, tratar de pensar que uno se puede perder , dadas así, como están las cosas. En última instancia, para ser justos, no se puede decir que uno se pierda en cualquier lugar ni en cualquier momento. Podría uno perderse, claro está, pero no en cualquier parte o en cualquier lugar. Por eso, intenté situar, si han leído el texto que quedó, a la angustia como homólogo de un “sentimiento de pérdida”, a la manera freudiana que, de algún modo, delimita n
Una idea mía que nació sin forma y actualmente, no tiene forma