Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2014

El síndrome de Rasputín, la novela de Ricardo Romero

Como en una Blade Runner de cabotaje, sin producción ni aditamentos tecnológicos pero llena de fantasmas, los personajes se mueven en una Buenos Aires que es ésta pero peor, con dos obeliscos y los abandonados túneles del subte convertidos en colonias de marginales, eternamente lluviosa y parcialmente destruida, devastada por los incendios mientras aún espera el estallido de las bombas no detonadas en Once por los “nacionalistas del Bicentenario”. En ese escenario más dislocado que sórdido se mueven personajes acordes, bellos y coherentes con una legalidad alucinada. En esta maravillosa novela de Romero, los protagonistas son tres tipos raros, tres amigos marginados afectiva y socialmente por la enfermedad compartida, la compulsión a la repetición de gestos, exclamaciones o movimientos que identifican al síndrome de Tourette; son los vulnerables prisioneros de los tics. Casos clínicos perdidos, los queribles Abelev, Maglier y Muishkin se verán envueltos, por afán

YO, ELLOS O SIMPLEMENTE NADA, Entrevista a Victor Toty Cáceres

YO, ELLOS O SIMPLEMENTE NADA 21 de julio de 2014 a la(s) 12:56 El Nachträglichkeit de la fotografía (1)   CAPITULO I: EL FOTOMANIPULADOR ¿Por qué vos? No lo sé, mis afirmaciones dependen siempre del ámbito y del momento (tiempo y espacio, no hay más). Habrás escuchado esa bíblica sentencia “a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Si nos cruzamos en un bar probablemente te responda que no me esmero, que todo está escrito, que nos define una gramática impensable o que pensar no es una herramienta para el cambio, que pensar es sólo un espejismo mientras va ocurriendo lo inevitable. Por momentos tengo la sensación que haga lo que haga voy siempre directo; que hubo “decires” que me pre-moldearon y que irremediablemente seré ese que se dijo que sería (o que no podré (no debo) ser ese que digo quiero ser). Pero al César le diría otra cosa, le diría que cierto día descubrí que podía hacer un saldo con todas aquellas cosas que me habían ocurrido, que e

Juan Martini - El autor intelectual

Una joven periodista desaparece y la vida de un hombre cambia. No es su mujer, ni un nuevo amor. Pero esa ausencia, con un aura de incierta violencia, adquiere los tintes del enigma. El hombre es un escritor que intenta rearmar su vida acechado por los restos del pasado y por la sombra del fracaso. Y de pronto decide buscar a la chica. Primero lo hace a pedido del padre, después como un sospechoso o quizás como un cómplice: él fue el último que estuvo con ella y eso lo convierte en un personaje clave para resolver el enigma. La ciudad, hechicera y brutal, se dibuja en el fondo y se presenta, rotunda, entre las huellas que la investigación va creando. Buenos Aires es entonces el mapa moderno y salvaje donde el escritor reconstruye los pasos borrados de la chica, despliega los velos que ocultan una trama de pasiones oscuras y fuerzas enfrentadas, y al mismo tiempo recrea -inevitablemente- sus propios pasos: el pálido y moroso misterio en el que se confunde y se ilumina su vida

La Madre

Sé que estas palabras están influenciadas, no podrían nunca ser del todo mías, aunque ya no sé si por Borges o por el otro. Sí sé que a ellos les debo haber conocido, quizás tristemente y a destiempo, un alfabeto otro y un calendario, también otro. Yo declaro que de esa mujer, sé poco. Unos han hablado de la descendencia, teorías del linaje, o de sus manos andando por la noche fusca de dolor físico, en la mañana o en el sol, cuando se va. Tal vez en el olor del otoño, cuando se está lejos, ella está, definida por sombras o por pensamientos ineficaces. Pero todo esto es improbable. Por mi parte, no puedo aseverarlo. Sé que unos otros han hablado también, quizás imprudentemente, de sus entrañas. A esos yo los niego de modo perentorio, nunca compartí ese arrojo, esa impostura, porque eso solo está reservado al misterio. Acaso sabe algo de ella la Historia o el Tango. O quizás las historias y algunos tangos se asomen, pausen sus relatos ante ella, al verla en el hall, paseándose ines

"El camino a Guantanamo", (2010)

por Mario Federico Blanc “El camino a Guantánamo”, es la historia de unos pibes ingleses de 18 o 20 años, quizás un poco más, que eran de ascendencia árabe o iraní o afgana, poco importa, que deciden viajar La Meca, el lugar donde una vez al año se reúnen millones de islamitas a celebrar un rito de oración. La cosa es que los pibes también van ahí al parecer para visitar a un tío que, según las costumbres, se casaría. De hecho, irían al festejo del tío y asistirían al ritual, etc. Un proyecto muy samaritano. No va que medio de esa marcha, en medio de ese periplo que es viajar a La Meca, algo que por otra parte, resulta una experiencia antropológica inigualable, incluso diría una lección completa de antropología filosófica, que ocurre algo inesperado, completamente exterior a dicho viaje y que produce un viraje radical en el destino de los protagonistas, lo que hasta ahora no habían hecho más que divertirse, mirar por la ventanilla, fumar marihuana, etc. Es el momento en que en