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La afirmacion inacabada de si

Perón decía que Dios es prestigioso porque aparece poco. ¿Que es, pues, la presencia entonces? Simple respuesta: la afirmación de si. La escritura como acto produce tal vez un efecto similar. La presencia del sujeto, en el otro, lo que llamamos el registro psíquico del otro, la que no se produce sino mediante la irrupción de un vacío, que se hace evidente a partir de la ruptura del vinculo imaginario. ¿Gran cosa? No. La escritura reinstala asi, en el mejor de los casos, cuando del otro lado no hay una psicosis, por ejemplo, la palabra en su plena potencia simbólica. Tal vez la escritura sea una forma eficaz de prescindir de la tensión agresiva implica la presentación ante el semejante. La escritura se convierte, entonces, en una forma de afirmación subjetiva. Pero no cualquier escritura implica la afirmación de si. ¿Que se escribe como afirmación de si? Solo aquello que implica al autor. Un autor no es, por así decir, su escritura salvo en su implicancia. He ahí el intringulis. No se trata de la afirmación de si de las sagradas escrituras, en donde Dios se le revela a Moisés: yo soy el que soy. La afirmación de si queda en este caso también del lado de Moisés quien se convierte en un enviado del que es, es afirmación inacabada, la de los hombres, solo asi puede afirmarse a si mismo, inacabadamente.

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