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Esos inmortales hombres de mi

a FC, in memoriam

Yo fui un enfermo de fe. Podía creer. puedo creer, siempre pude, quizás a pesar mío.
Y fue a costa de esta y de otras enfermedades que fui también un seguidor. Estas condiciones, la enfermedad y lo otro, Tal vez me han llevado a considerar, no con el tiempo porque el tiempo no cuenta, sino con la reflexión filosófica de una idea de la temporalidad, que hay hombres inmortales, cosas que no todos saben, pero si, hay hombres inmortales. Estoy seguro. Los  hay en Praga, en la frontera entre Chile y Bolivia, los hay, los hay, juro que los hay. Yo conocí varios, unos y otros. Otros, están muertos en vida. La vida no es el parámetro para ellos puesto que se creen inmortales, como si no fueran a morir nunca, pero son mortales, lo son. Los hombres inmortales hablan. Pero no hablo yo de dejar una huella, hablan digo nada más. La huella es cosa de los hombres mortales, la buscan, quieren dejar una huella. Nunca vi a un hombre mortal que no fuera mortal. Yo no soy un gran hombre, pero lo sería, si no fuera por lo que he llegado a ser. Los hombres sensibles, no siempre son inmortales. Pero esto no es una clasificación, tampoco es la historia de un elogio. el Juicio de la historia es siempre parcial. Yo no sé si los hombres inmortales cifran ahí la referencia. Tal vez los mortales. En todo caso, por parcial, es errónea, eso es seguro. Fui llevado por la enfermedad a conocerlos, una enfermedad pura, tal vez santa... su prevalencia a decrecido tanto por esta época y en este mundo. 

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