Ir al contenido principal

La forma del agua-nte

Una profesora de antropología, que ahora es una amiga, me que decía, no todos pueden hablar de género. Tenes que estudiar mucho y hay gente muy formada en esto que se agarra la cabeza por las cosas que se escuchan o que se hacen en la actualidad (sic). En ese momento, le conté que con mi oficio, había pasado más o menos lo mismo, que los términos se habían hecho tan de manejo público que cualquiera te diagnosticaba una histeria, un trastorno obsesivo compulsivo, etc, cualquier cosa sin saber lo que estaba haciendo. O peor, me decía ella, eso entra en los medios masivos de comunicación y si bien todos sabemos que la manipulación de información es terrible, peor es esta cuestión que se dicen cosas, incluso por parte de gente que esta de acuerdo con uno en la prevención de la violencia en todas sus formas, que acuerda con causas nobles, que dice barbaridades, muy riesgosas o que no son plausibles, verdaderas (sic). Hoy te levantan un cartel de ni una menos y te lo cuelgan de cualquier facebook y no saben lo que estan diciendo, no conocen la diferencia entre sexo y género, no conocen la historia del concepto o las luchas desplegadas en los años 60, etc. (sic). Tenes razón, le decía yo. Estudié por varios años con ella, la admiro profundamente y es un placer para mi cada vez que hablamos porque siento que hablar con ella es como leerme 20 libros. Ella siempre me remite a tal o cual texto, a tal o cual autor o autora que habla sobre eso que estoy estudiando, etc. Ha pasado, con éstos términos, que las gentes se han perdido y reproducen sin pensar lo que más o menos les parece según lo que van viendo, leyendo o incorporando vía estos medios masivos. Está bien eso. Pero el género llegado el caso, no es una cuestión de opinión, o al menos no puede ser solo eso. Es preciso escuchar y aprender cuando uno no maneja determinada temática. Hoy existen temas y problemáticas vinculadas a la violencia, al género, a las feminidades y masculinidades actuales que exigen seriedad y estudio, y pienso que a veces con toda la intención de prevenir, se  puede terminar haciendo un daño. El deseo en esto tiene un lugar central. En las instituciones, por ejemplo, por temor o inercia, muchas veces se repiten slogans, repiten la palabra "naturalización", o se escribe "x" o "@" en lugar de "a" u "o" y entonces todo es un desmadre ideológico en un clima bélico infinito que no es tolerable por mucho tiempo. A veces se cree que se esta defendiendo algo, la salud, lo que sea, y en realidad se esta atacando a algo, solo se pretende tener la razón o doblegar al otro con un argumento. En todo caso, las medidas preventivas deben ser estudiadas, planificadas, etc. Yo acuerdo y apoyo plenamente las medidas más o menos espontaneas, donde el pueblo se expresa a través de una marcha, de una pancarta, una remera o un cartel o donde se toman las calles, porque es una expresión natural de queja y repudio, indignación por lo que pasa, el horror, etc. Pero también sé que todo eso evidencia también la impotencia, y a veces el desvarío, el desamparo, etc. Y en esa masa informe que puede ser una marcha, hay que aceptar  también que a veces no se sabe bien qué decir, qué hacer o cómo defender la vida o los derechos.

Comentarios