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Malentendido, ahí

En realidad todo, absolutamente todo, estaba hecho a base de malentendidos, el ingrediente infaltable de la sopa de letras universal en la que vivimos. Ahí estaba la clave del todo, si me puedo expresar así, incluso del todo-oriental, mítico o mágico. Ni el más tímido saludo de vecino, ni el más absurdo de los comentarios, se salvaba de tal cosa.  Ni siquiera sé por qué, en este momento, escribo esto en tiempo pasado. La literatura (obviamente, no toda) condujo a lugares tal vez menos imprecisos que estos pantanos, desde tiempos inmemorables. Supo ella, de esta contingencia crucial que ya no es de nosotros. No le es dado al hombre común comprender ahí, internamente, lo que está en juego. Solo le queda aceptar. ¿Qué nos queda ahora entonces, para nosotros, seres del presente? La belleza... y la literatura, que se nos fuga a diario.

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