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Mundial 1

Diego Armando Maradona fue tal vez el último gran líder mundial, el último de su especie, y si se quiere, también el último gran dios contemporáneo. Progresivamente, el orden mundial ha dirigido la búsqueda de referentes hacia personalidades más homogéneas, sosegadas, templadas, medidas y contemplativas para orientar los intereses, los deseos y las penas del hombre común. Es un espanto que suceda así. Y lo peor, es que han logrado dominar las pasiones del ser humano hasta transformar al hombre en un estúpido. No quedaron más seres como Maradona. Fueron desapareciendo. Maradona fue el último. Los líderes se fueron sustituyendo con otros seres, más uniformes, mediados por oscuros objetivos siempre, muy poco explicitados, seres nadies, seres cordiales por demás, tipos adaptados, tipos pausados, que no se enojan, que nunca levantan la voz ni se muestran crispados ante la adversidad sino todo lo contrario. Son pacientes, comprensivos, emulan no sé qué paz interior que los trasciende, poseen no sé que manejo de la ansiedad y no se qué "regulación emocional". No buscan la fama ni la aprobación, son casi anónimos, a veces ni el nombre se les conoce, buscan pasar desapercibidos, nunca lloran, no son ni lindos ni feos. Son apacibles, siempre sonríen incluso cuando te están enterrando vivo. Los líderes de hoy no son líderes, son herramientas de la administración de un goce mortuorio infinito. Son instrumentos de los objetivos del orden global que se ubica más allá de ellos, lo cual no los vuelve menos responsables de su posición . Pero eso no importa. Importa que se cumplan los objetivos. Consienten voluntariamente a ubicarse en este lugar porque entienden que de eso se trata el mundo de hoy mientras que al verdadero líder -aquel que ya no existe tras la partida de Maradona- le molesta realmente mucho como están las cosas. Los nuevos referentes del orden mundial están completamente equivocados y éste es el verdadero punto nodal de todos los debates sobre la Libertad: no se trata de andar con o sin barbijo o de si te dejan salir a comprar o no (que, por otra parte, nadie lo penaliza... podés salir a comprar si querés, solo tenés que ser responsable). Se trata de las posibilidades de obrar conforme a tu deseo o no. Eso es lo que ha desaparecido. Esta pregunta. Y, desde un punto de vista abstracto, el verdadero líder actúa a este nivel. Es el punto en cuestión. Los nuevos referentes, incluso los ínfimos referentitos de pequeñas masas, no proponen otra cosa que mayor alienación, mayor segregación, una vida cercenada y aún más enajenada de la que ya tenés y una sumisión radical a los pilares de este mundo tal cómo se nos presenta. En otras palabras, conminan a gozar de cualquier cosa a cualquier precio antes que ser libres. Por eso Maradona era el último gran líder, no porque fuera un "drogadicto", sino porque operaba sobre la tristeza del desahuciado, su existencia invitaba al vulnerado a salir del lugar en el que lo ponía (lo pone !!) el mundo actual. Y lo hacía de 1000 maneras. El liderazgo de Maradona consistía en hacer sentir un poco menos oprimido al oprimido y un poco más libre a aquel que este mundo puso en el lugar del esclavo. Casi nada no? Hoy ya nadie hará eso, y cuando necesites un gol deberás conformarte con unos criollitos en el desayuno mirando la pared.

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